leyenda kintsugi japon

 
 
El kintsugi como tecnica de empoderamiento.
 
Cuenta la leyenda que el Shogun Ashikaga Yoshimasa del siglo XV rompió su tazón de té chino favorito y lo envió a China para su reparación. El cuenco fue devuelto y arreglado, pero unido por simples grapas metálicas feas y antiesteticas. La tosquedad de la reparación estimuló al artesano japonés a encontrar una solución más elegante. Así, hace más de 400 años, surgió la técnica japonesa del Kintsugi, como una forma no solo de arreglar un objeto roto, sino de transformarlo en algo hermoso. Con esta técnica, se juntan amorosamente las partes rotas de la pieza y se las une con oro (plata o platino) reparando y resaltando esa unión en lugar de ocultar el daño. Esta forma artesanal de reconstruir el objeto, celebra la ruptura como parte de la historia del objeto y no como el final.  El Kintsugi es consecuencia de la filosofia japonesa, wabi-sabi, basada en la creencia  de las imperfecciones.
Cuando leí esta nota, recorde lo mucho que cuesta aceptar que en ocaciones estamos rotos, si rotos. Cada uno de ustedes podrá reconocer en lo más profundo de su ser cuando se sintio así, o quizas se estén sintiendo así, en este momento. ¿Que es lo grave de reconocernos en esa situacion? ¿ Acaso no somos seres responsables cuando saltamos de la vereda de la victima, para hacernos cargo de nuestras propias y pesadas mochilas?
Me pregunto como se habrá sentido  Albert Einstein cuando dijo que "La crisis es la mejor bendicion que puede sucederle a personas y paises, porque la crisis trae progresos".
¿Por qué cuesta tanto decir que estamos Rotos? ¿por qué suena a pecado? ¿son las palabras en nuestra boca que pujan por salir, con temor a escupir sobre la realidad de unos pocos, lo que nos incomoda? Como si fueramos a estropear un gran pastel en medio de una gran fiesta con nuestra declaracion.
Estar rotos no es otra cosa, que estar preparandome para mi propia reconstrucción, para no olvidar mi historia, para aceptarme, para aceptar mi entorno, para ser digno, para empoderarme una y otra vez, y seguir reconociendome como individuo fragil con capacidad de resiliencia. Solo un ego todopoderoso, podría sonrrojarse cuando me reconozco debil, cuando necesito el abrazo o la palabra de aliento.
Estar roto no me quita valor, ni me declara debil, ni ignorante, ni empobrecido, solo me invita a juntar esas partes de mi que se quebraron dejando una cicatriz, una enseñanza y desde ahi, en esa reconstruccion y desde ese lugar es cuando me desafio y me reinvento. Vuelvo a trazar el camino, acepto a quien me quiera acompañar, disfruto mi nuevo traje reparado, y no me siento un ser que ha sido emparchado, sino que ha sido engrandecido.
Si acepto el daño, no me someto a la presion de la perfección y desde ahi anido un nuevo ser, el de ser maravillosamente imperfecto.
 
¿Pensaste que vas a hacer la proxima vez que te sientas asi?