Estamos parados dentro de un sistema planetario, en una galaxia espiralada llamada Via Lactea; ella cuenta con algunos brazos, y ahí en la inmensidad de lo infinito y lo finito, como si fuera la cabeza de un alfiler en el fondo del océano, estamos nosotros reposando sobre el Brazo de Orión. Me veo allí, parada, y me pregunto por un instante que nos pasa que nos creemos más poderosos, sabios e inteligentes que la naturaleza? Nuestro ombliogo parece más grande que nuestra cabeza, al sentir la injusticia del encierro, de la perdida de libertad. Culpamos a diestra y siniestra a los responsables de nuestra desdicha, nuestra fiesta cancelada, nuestra economía estrujada, nuestros viajes postergados. No importa la religión, creencia o partido político al que pertenecemos, si es que pertenecemos a alguno, pero la insatisfacción está presente en todo y por todo. Es posible no escuchar, cuando no estamos dispuestos, y mucho menos a sentir, cuando no hay una vibración interior que te mande alguna señal y ahí andamos deambulando por la vida, errandole al viscachazo en tiempos de pandemia. Se te inundan los ojos de lágrimas cuando no pudiste festejar tu boda en una quinta con 200 personas, o cuando tu hijo se pierde la adrenalina de la adolescencia sin poder reunirse con sus amigos. Me da la sensación que lo que nunca perdiste y aún no te diste cuenta, es ese rayito de sol, que por ahora te entibia la cara y te da cosquillas en la nariz. A mi entender, la situación actual a nivel mundial, me expresa un mensaje claro y concreto desde el universo. No es mi casa, ni mi familia, ni siquiera es mi pais el que está colapsado, nos tienen con el pecho lleno de incertidumbre y el pensamiento galopando. Es en estos tiempos donde más deberíamos validar y valorar al otro, al que esta más abajo de nosotros (entiéndase por quienes tienen menos posibilidades), donde estás obligado a explorarte y preguntarte todo aquello que nunca te preguntaste. Es ahora, cuando se te achican las paredes pero si levantas la cabeza, hay un cielo celeste o azul a donde mirar. Te pusiste a pensar por donde andas? revisaste tus deudas no materiales? buscaste la mejor versión de vos? Cuando te vuelvas a agobiar por las injusticias de este encierro, pensá por un segundo que tan solo estas parado en el Brazo de Orion...