Martes de carnavales
25 de febrero de 2020 cuando el sol se planta en la fontanela, visitamos la casa de Analia Kalinec, alli por el barrio Flores sur.
Una mujer enorme, sensible, comprometida hasta el tuétanos, esposa, madre, docente, psicologa, estudiante de abogacia, hija, hija de un genocida, hija del Doctor K, hija desobediente.
Un proyecto nos une, las faltas de ortografia también. Un profundo respeto me obliga a acompañarla en esta lucha.
Su historia tiene un agregado, un condimento extra, un sabor más amargo que la hiel. Su padre, con condena firme a cadena perpetua, desde la carcel y con la misma simplicidad que tomo una picana, la declara "Indigna", la intenta desheredar tomando una figura del codigo civil, la enfrenta, le pide que se retracte... Ella quiere que hable, que rompa el pacto de silencio y alivie el dolor de abuelas, de hijos, de madres, de toda una sociedad que no olvida.
El Doctor K disfruta de su mudismo, se regocija en su secretos, se oscurece a medida que pasa el tiempo.
Analia tambien es repudiada por sus 3 hermanas, sus hijos se han quedado sin abuelo, sin tias, sin familia.
Es imposible mirarla a esos ojos claros que la envuelven y poder sostener la mirada. Tanto dolor en un semejante, da culpa.
Analia es tan mujer, que se para, te abraza y te contiene. Te llena de amor, te dice que no te preocupes...y vos te quedas ahi, indefensa, como una inutil por no saber que decir, avergonzada por no poder contener las lagrimas.
La emoción te traiciona, el proyecto ya esta en marcha, y vos no sabes muy bien por donde empezar, en realidad tenes que sentarte a escribir, pero de lo unico que tenes ganas es de abrazarla muy fuerte.